Artículo original con el título El por qué de esta sección, publicado en el número 401 de la revista ‘Siembra‘ en la sección El rincón de los dineros.
¡Qué tiempos aquellos en los que trabajar en banca era un orgullo y un privilegio!
Cuando yo era joven, el Director del Banco era una persona importante. Dirigía un grupo relativamente numeroso de colaboradores, tomaba decisiones y era respetado.
Y claro cuando echas la vista atrás la diferencia es evidente. Hoy en día, trabajando en banca, lo menos que te puede pasar es que te llamen chorizo. Y muchas veces no ha faltado razón para hacerlo.
¿Qué ha pasado desde entonces para que una figura que gozaba de tanto prestigio haya caído hasta los niveles actuales? Pues por el camino se han ido cometiendo auténticas barbaridades desde las distintas entidades financieras.
Hace años el ciudadano de a pie desconocía lo que eran participaciones preferentes, deuda subordinada, swaps sobre divisa o sobre tipo de interés, suelo en la hipoteca, etc. Ahora, en cambio, son términos conocidos que aparecen incluso a la hora de los chatos. Y aprendidos en muchos casos por la vía más dolorosa. La de las carnes propias.
¿Qué medidas se deberían tomar para tratar de minimizar estos problemas y evitar que se reproduzcan situaciones similares en el futuro?
Pues básicamente dos. Por un lado un cambio en el funcionamiento de los bancos y por otro –que es el que nos interesa en esta sección– una mayor formación de los usuarios de banca. Es decir, de todos nosotros, porque hoy día es casi imposible no tener como mínimo una cuenta en el banco.
Por lo que se refiere al funcionamiento de las entidades, la legislación está cambiando y se prevé que MiFID II –sobre la que hablaremos otro día– introduzca una serie de requisitos que mejoren la seguridad de los clientes.
Pero vamos al otro aspecto. El que nos interesa hoy. La formación de los clientes.
Es evidente que no todo el mundo puede ser experto en finanzas, ni se ha de pretender tal cosa. Pero si que es necesario que los ciudadanos tengan un mínimo de cultura financiera que les permita, al menos, detectar si les quieren dar gato por liebre.
Y de eso precisamente va esta sección. De conocer de una manera sencilla lo que hay detrás de una cuenta corriente, de un depósito bancario o de un fondo de inversión. De clarificar los riesgos asociados a una inversión en bolsa o a un plan de pensiones. De descubrir que hay detrás de conceptos que usamos cada día como IPC, Tipo de cambio, PIB, etc. Qué significan en realidad estos términos y cómo nos afectan.
Es un viaje que a mi se me antoja, cuando menos, interesante y espero ser capaz de transmitiros ese interés, porque son cosas que nos van a afectar profundamente en vuestra vida. Y dado que nos afectarán queramos o no, pues más vale que las conozcamos.
Una vez puestos a hacer el camino, intentaremos que éste al menos sea entretenido. Os espero en el próximo número.