No es habitual compartir mesa con el director comercial y con el consejero delegado de un banco y mucho menos hacerlo en casa del primero de ellos.

En Casa de Salvo

Atendiendo las explicaciones de Vittorio Colussi

Pues bien, el pasado 24 de noviembre tuve la suerte de asistir como invitado a una cena en casa de Salvo Laporta, director comercial de Banco Mediolanum.

Es evidente que se puede aprender mucho en estos eventos y hay algunas reflexiones que me gustaría aprovechar para compartir con vosotros. Respetando, eso si, la confidencialidad exigible a este tipo de reuniones que están a caballo entre lo lúdico y lo profesional.

La figura del Family Banker

Banco Mediolanum no es la única entidad que trabaja con figuras similares al Family Banker® de Banco Mediolanum, a los que denominan Gestores Personales, Asesores Personales, u otras fórmulas. Pero hay una característica diferencial que para mi es básica.

Los Family Banker® tenemos total libertad para elegir en cada momento el producto que mejor se adecua a las necesidades de nuestros clientes. No tenemos un presupuesto que cumplir ni una serie de productos que ‘colocar’ en interés de la entidad. Y para mi esto es básico y es la razón principal por la que colaboro con este banco y no con cualquier otro.

Solvencia

Banco Mediolanum está en una posición privilegiada en cuanto a la solvencia de su Balance, muy por encima del resto de entidades del país. Y esto es debido en gran parte al modelo de negocio de la entidad, que da mucho más protagonismo al asesoramiento a los clientes en la gestión de su ahorro que al clásico modelo de banca en el que los ingresos se consiguen a partir del margen de intermediación.

Vocación de crecimiento

Banco Mediolanum ha llegado a España con intención de quedarse y vocación de crecimiento. El banco quiere llegar a ser un jugador importante dentro de las entidades del país. Tal y como ya ocurre en Italia donde cotiza en bolsa y gestiona un patrimonio superior a los 70.000  millones de Euros.

Por lo demás, pues la cena deliciosa y los anfitriones atentos en cada momento a todos los detalles, incluido un pan casero como hacía años que no había probado.

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